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miércoles, 17 de marzo de 2010

11 Septiembre 2009

Transgénicos, el mundo según Monsanto


La empresa norteamericana Monsanto provee al mercado de productos para la agricultura y ganadería. Es conocida por producir el herbicida más vendido en el mundo bajo la marca Roundup, cuyo principio activo es el glifosato. También es productor líder de semillas genéticamente modificadas (los transgénicos).

Quien controle las semillas controlará la alimentación del planeta, por lo tanto controlará el mundo. Esta frase es la esencia de Monsanto, el gigante de los transgénicos.

Las evidencias más desgarradoras de su monopolio las encontramos en India con el algodón transgénico de Monsanto. Antes de los transgénicos los agricultores indios utilizaban sus abonos y pesticidas naturales y guardaban las semillas para las siguientes temporadas, pero a partir de la introducción de las semillas transgénicas de Monsanto, por diferentes distribuidoras indias bajo su control y fuertes campañas publicitarias, las cosas cambiaron. Son semillas patentadas y está prohibida su reproducción en los siguientes años. Qué paradoja, semillas no renovables, que además requieren de insecticidas específicos (propiedad de Monsanto), por lo que la anterior independencia agrícola de cada campesino se ha convertido en una ’esclavitud’ de Monsanto. Y en deudas, muchas deudas, que el precio final del algodón (compitiendo con algodón subvencionado de EE UU), las plagas y las inclemencias del tiempo, no le permiten subsanar. Entonces, con el agua hasta el cuello, deciden suicidarse.



El problema de especies transgénicas como el maíz reside en que cuando el polen de esta especie manipulada genéticamente, coincide con variedades nativas de maíz, como esta ocurriendo en Méjico y Canadá, su ADN queda contaminado por ADN de variedades transgénicas de Estados Unidos. Los agricultores no solo son victimas de estar perdiendo sus variedades de cultivos autóctonos, si no que también están siendo acusados por tener en sus cultivos genes patentados por esta trasnacional.



¿Cómo es posible que una empresa esté haciendo negocio con una actividad tan criminal? ¿Cómo es posible que ’invente’ semillas que una vez patentadas queda prohibida su conservación y reproducción, que sería lo ecológicamente razonable? ¿Cómo es posible? Es una cuestión de pedigrí, la empresa tiene 107 años de historia y se le reconoce ser impulsora del PCB (elemento cancerígeno utilizado en transformadores eléctricos) y de proveer en la Guerra de Vietnam del químico “agente naranja” utilizado por las tropas estadounidenses con el fin de destruir la vegetación y cosechas y privar así a los Vietnamitas de sus cosechas para alimentarse y vegetación donde esconderse. El agente naranja fue un potente químico que causó entre la población Vietnamita unos 400.000 muertos y unos 500.000 nacimientos de niños con malformaciones, además de las bajas en el propio ejército norteamericano.



En el mundo ganadero, Monsanto es la empresa responsable del Polisac, una hormona de crecimiento bovino, o somatotropina, que secreta la hipófisis de las vacas después del nacimiento de un ternero y que estimula la producción de leche movilizando las reservas corporales de la vaca. Por manipulación genética, lograron introducir el gen en una bacteria, la Escherichia Coli, común en la flora intestinal de los mamíferos, incluyendo los hombres, permitiendo así su fabricación a grande escala. Esta hormona transgenica ha sido bautizada por Monsanto “Recombinant Bovine Somatotropin” (rBST), o “recombinant Bovine Growth Hormone” (rBGH). La producción forzada de leche más allá de sus capacidades naturales de la vaca lleva a efectos fisiológicos que ponen en peligro la vida del animal. La inyección de la hormona perturba el ciclo natural de la vaca, que produce la somatotropina despues del periodo de parto con el fin de aumentar su producción de leche y nutrir a su pequeño. Una de las consecuencias de la ruptura del ciclo natural es una disminución del nivel de fecundidad del animal llegando en a veces a la esterilidad.



Otra consecuencia de la inyección de Posilac es el aumento significativo de las mamitis, o sea una inflamación de las ubres bastante común en las manadas de alto rendimiento, dicha inflamación tiene como consecuencia la presencia de pus en la leche, los ganaderos recurren entonces a inyecciones de antibióticos de los cuales quedan residuos en la leche. Estos mismos antibióticos se encuentran luego en el organismo del consumidor y participan al desarrollo de organismos patógenos resistentes a los antibióticos.



El siguiente documental de investigación desvela muchas de las mentiras, trapos sucios y falsedades de las supuestas bondades de los transgénicos que tanto defiende Monsanto. Aquí va, para que el mundo de Monsanto nunca sea el nuestro.



Fuente: http://forestman.espacioblog.com/categoria/delitos-ecologicos

1 comentario:

Unknown dijo...

Francamente interesante. Ahora viene cómo detener a estos cabronazos. Por si acaso, ya estan probando (diseminando) sus genes en nuestros campos.